Llevamos juntos más de cuatro años. No vivimos juntos. Nuestros hijos no están juntos. Le quiero y le aprecio. Siempre estoy alegre y llena de energía. Pero él me ha cansado mucho de esta vida. Me lo tomo todo negativamente y estoy muy harta de mí misma porque me he sorprendido muchas veces pensando y tratándome como él. Se deprime muy a menudo y no lo sobrelleva. Siempre he intentado ayudarle pero he acabado yendo yo misma al psicólogo. Es muy temperamental y no puede decir nada sin discutir.
Ninguna de nuestras vacaciones ha sido tranquila. Ahora está deprimido y he decidido volver a ignorarlo y eso me corroe. Pero no estoy lista para terminar esta relación. Lo dices mucho. Es muy difícil cuando hay emociones de por medio. Y cuando pienso en los buenos momentos que pasé con la otra persona, por ejemplo, tampoco es fácil borrarlo. Cualquiera que haya estado enamorado conoce esa sensación. Por un lado, sientes que ya no puedes estar con esa persona, que ya no la soportas, pero, por otro lado, sigues sin poder dejarla.
Y ahora tienes que cortar de alguna manera, pero realmente no sabes cómo. Porque aún quedan restos de gafas de color de rosa en este programa y sigues intentando excusar a tu pareja. Claro que le quiero y todavía siento algo por él, pero por otro lado me siento desgraciada. No importa lo que intente hacer, siempre acaba mal. O él me pone de mal humor y acabamos discutiendo, o acabo de mal humor yo sola. Intento pasar de puntillas a su alrededor, por no decir otra cosa. Pero últimamente me he dado cuenta de que sigue encontrando motivos para que volvamos a pelearnos. Francamente, intenta matarme y arruinarme. Pero no sé qué hacer.