Por ejemplo, de camino a casa después de una fiesta, un grupo numeroso de personas puede pedir que le lleven. Y si son parientes cercanos o amigos, es comprensible que intentemos complacerles. Sin embargo, poca gente se da cuenta de que debe tener siempre presente el número de plazas de su coche y no sobrepasarlo. Por supuesto, esto parece ridículo a la mayoría de la gente. Por ejemplo, si eres delgado, caben cuatro personas en el asiento trasero. Si hay niños en el coche, alguien puede llevarlos en el regazo.
Ya que tenemos el espacio, ¿por qué no utilizarlo cuando lo necesitamos? En realidad, hay muy buenas razones para hacerlo que deberíamos conocer. En primer lugar, es un hecho que todos los usuarios de coche (incluso los de autobús) deben abrocharse el cinturón por su propia seguridad. De las pruebas y las estadísticas de accidentes se desprende claramente que si uno lleva abrochado el cinturón de seguridad, tiene más probabilidades de salir ileso de rasguños y magulladuras. Los que no lo llevan suelen salir peor parados. Así que abrocharse el cinturón de seguridad redunda en beneficio de todos. Por supuesto, podemos confiar al 100% en la persona al volante, que puede conducir despacio y con cuidado.
Pero, ¿podemos decir lo mismo de los desconocidos que nos encontramos mientras conducimos?En resumen, está claro que es mucho más seguro para todos abrocharse el cinturón de seguridad, independientemente de que la ley así lo disponga. El problema es que en un coche hay tantos cinturones como asientos. Así, en un coche clásico de cinco plazas, no debería haber más de cinco personas en el coche, incluido el conductor. Por tanto, si llevas más personas, no sólo te expones a una multa, sino que también pones en peligro a la otra persona. Aunque no tengas un accidente, nunca se sabe cuándo puedes tener que frenar de golpe contra un obstáculo inesperado. Y ni que decir tiene lo que le ocurriría a una persona sin cinturón de seguridad si no se anticipa esa frenada.